A una semana del temporal que azotó a Buenos Aires se contabilizan al menos 17 muertos por aplastamiento o electrocución y aun quedan miles de personas sin luz ni agua.
Una vez más, como hace poco en Once, los muertos los pone la clase obrera. Son los amplios sectores de trabajadores que este "Modelo de Desarrollo con Inclusión" no alcanzó en nueve años los que hoy tienen que salir a cortar la calle para reclamar agua, electricidad y una respuesta a su emergencia habitacional.
Una vez más se desnuda el caracter de clase del Estado: Un tornado, una tormenta, un viento más fuerte que lo habitual son fenómenos naturales, pero sus consecuencias y cómo enfrentarlas, no lo son. Principalemente la precariedad de las viviendas y la precariedad de las instalaciones de agua y electricidad (en su mayoría tendidos aereos y con postes de troncos de palmera envejecidos), pero tambien la inexistencia de distintos niveles de alerta, la falta de mantenimiento del estado de los árboles y de una infraestructura y logística para hacer frente a situaciones de contingencia como esta son la causa de las 17 muertes, no la naturaleza.
La respuesta del Gobierno Kirchnerista y del Macrista fue idéntica, mandar a las fuerzas represivas a limitar los cortes de calles y los reclamos, llegando al colmo de detenciones y represión como en la Villa 31 y las patotas del intendente kirchnerista de Merlo. La respuesta de los trabajadores y jóvenes estuvo a la altura de las circunstancias (no como la de los gobiernos): una vez más ante un crimen social surgió la organización mediante cortes para visibilizar las problemáticas, la distribución de agua desde las casas con bombas manuales, la "socialización" de los celulares con baterías cargadas para poder comunicarse y el trabajo común para aserrar los troncos y postes, despejar las calles y levantar los escombros. Un compañero de la Juventud resume el escenario en una imagen captada por él "la ruta cortada con el barrio al grito de queremos agua y del otro lado dos camionetas de la federal y las "tortugas" en escuadras."
Para los que estudiamos ingeniería este tipo de hechos que podrían llamarse "crímenes de clase", muestran una vez más la contradicción brutal que existe entre el nivel de desarrollo de la técnica y su aplicación social, entre la existencia de soluciones potenciales a la mayoría de los padecimientos populares y su inexistente aplicación por los intereses de clase defendidos por el Estado.
Ayer aparecía en la página de la UTN la noticia del "1º Congreso Formación del Ingeniero Tecnológico" donde se va a discutir (puede leerse la
convocatoria) cómo ajustar mejor el perfil de los ingenieros de la UTN a las necesidades de los empresarios, algo similar a lo que pretende el gobierno Kirchnerista con el lanzamiento del PLAN ESTRATÉGICO DE INGENIERÍA 2012-2016, al que la UTN
adhiere. Es notable el alineamiento que la Franja Morada-UCR del Decano Guillermo Oliveto tiene con el Gobierno nacional cuando se trata de solucionarle los problemas de RR.HH. a las empresas. Desde la Juventud del PTS cuestionamos el perfil empresarial que se imparte desde la dirección de la UTN. Nosotros queremos una universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo y nos organizamos y luchamos por otra sociedad para hacer realidad ese objetivo.
Es necesario un extenso plan de Obras Publicas y el fin de la precarización para que todos los trabajadores puedan vivir dignamente y para evitar este tipo de consecuencias fatales ante hechos naturales.
Que la UTN ponga a disposición sus recursos para resolver las problemáticas del pueblo trabajador y no las de las empresas.
