04 febrero, 2013

¿“Unidos y organizados” contra el gatillo fácil y la “violencia institucional”? Cuando el cinismo no tiene límites

Según el informe anual de la CORREPI[1] de noviembre del año pasado, desde el retorno de la “democracia” el aparato represivo del estado se cargó la vida de unas 3.773 personas, en su mayoría jóvenes y pobres, víctimas del gatillo fácil, golpizas o torturas en las cárceles y comisarías. 988 de esos asesinatos, fueron durante presidencia de Néstor, y 1.236[2] durante la de Cristina. Esto significa que en una década, de las tres que pasaron desde el ’83, se sucedieron con total impunidad el 58,9% de los crímenes. Esa década, curiosamente, es la del supuesto auge de “los derechos humanos”.
  No llama la atención, entonces, que sólo una vez que Scioli se abrió de Cristina, se hayan escuchado de boca de algún kirchnerista las palabras Luciano Arruga, mientras que durante años el Gobierno Nacional colaboró con el encubrimiento de sus 8 torturadores, asesinos y desaparecedores. ¡Si hasta la gorila de Beatriz Sarlo se los echó en cara en su programa 678 sin que ninguno de los entrenados panelistas pudiera decir ni a!
  Hoy, bajo la consigna “Ni un pibe menos”, el rejunte inestable “Unidos y Organizados”, auspiciado por la “Campaña nacional contra la violencia institucional” del Ministerio de Justicia, lanza una serie de actividades en provincias que no gobiernan, las únicas que les permiten todavía posar de “progresistas”. En Buenos Aires, contrataron a los Charros para un festival a 2 años del horroroso crimen de Franco Almirón y Mauricio Ramos, dos pibes de 16 y 17 fusilados por la Bonaerense tras el descarrilamiento de un tren en José León Suárez.
  Pero nada dicen, quienes hablan de “democratizar la información”, del resto de los 2.224 “pibes menos” que dejó el mandato de Néstor y Cristina. ¿Cuántos “pibes menos” faltarán para que dejen de encubrir los casos producidos no sólo por las policías provinciales sino también por la Federal, la Gendarmería o la Prefectura, que están a su mando? ¿Estarán esperando pasarle el mando a Scioli para admitir que esas fuerzas matan por igual?

 

El chasco de la “seguridad democrática”


  El kirchnerismo pudo, durante un tiempo, cubrir con un barniz “progresista” una política de “recuperación” de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Bajando cuadros, cambiando los nombres a las escuelas de policías, donde se chamuya sobre los derechos humanos, metiendo mayor número de mujeres, y creando divisiones “humanitarias” para que se metan en los barrios, no hicieron otra cosa que una cortina de humo, para “recuperar” el poder de fuego de los represores. Pusieron a una “ex – montonera”, para la gilada. Pero hasta la misma Garré reconoció alguna vez que: “La reconciliación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad, era uno de los objetivos que me dieron como mandato primero Néstor y después Cristina Kirchner”. La lavada de cara no alcanzó. Y por todos lados las distintas fuerzas chorrean sangre y olor a genocida. Tal es así que ni siquiera después de la desaparición de Julio López (a quien Cristina no mencionó nunca, lo mismo que a Luciano) removieron de sus cargos a los 9.000 agentes que están en funciones desde la dictadura en la Bonaerense, o a los 3.000 de la Armada, y a los (andá a saber cuántos) del resto de las fuerzas.
  La verdad es que mientras hablaban de derechos humanos, al interior de las fuerzas intentaron (sin mucho éxito) hacerse una fracción propia, para lo cual armaron hasta los dientes a todos los milicos, con los presupuestos de seguridad más grandes de la historia, comprando miles de patrulleros, armas, cámaras y tecnología de punta, e incorporando personal como nunca antes.

En el país de la “no represión”: represión social preventiva…

 

  Si tuviéramos que dividir la represión en 2 grandes grupos, podríamos decir que primero viene la “preventiva”. Se trata de perseguir, amedrentar, aterrorizar a todo joven de un barrio obrero y popular, para que no se le ocurra hacer nada para subvertir el orden establecido. La clave es no dejarnos vivir tranquilos, ni siquiera disfrutar los ratos libres que te deja el laburo, inhibir el uso del espacio público. Perseguir por portación de rostro. Producir un hostigamiento permanente, para que todos pensemos que el Estado y su brazo armado, son indestructibles, siempre salen ganando. No viene mal, para tal fin, matar a un pibe cada 28 horas. Y para legitimar esa política en las clases medias, demonizar al pobre, agitar mediáticamente la “terrible inseguridad”.  
  El kirchnerismo, “unido y organizado” con la derecha más tradicional, dio un fuerte aliento a este tipo de represión, votando el paquete de leyes propuestas por Blumberg allá por el 2004, que hasta duplican y más las penas a pagar por delitos comunes (mientras se resguarda el gran delito de la trata, el narcotrafico y el robo a gran escala, organizado por las policías). Y para cumplir el sueño de Néstor y Cristina, instaló una “nueva” doctrina de seguridad en la que las supuestas fuerzas “de defensa nacional”, metieron los pies en el barro. Así, con operativos faraónicos como el “plan centinela”, (que inundó con 9.000 Gendarmes el conurbano bonaerense), o el “cinturón sur” (que, sumando Gendarmes y Prefectos a los Federales y Metropolitanos, logró el escalofriante récord de 4 fuerzas distinas en un solo distrito), le arrebató la agenda a la derecha, que ya no sabe qué más pedir (no da meter a la Armada…).
  Para los que dicen que en las villas hay un Estado ausente… Ahí donde faltaban médicos, maestros, escuelas, viviendas y hospitales, el Estado se hizo presente con milicos. 

…y represión (directamente) política a los que luchan

 

  Cuando no alcanza con esa “contención”, se viene la represión directamente política. Acá, el kirchnerismo construyó un nuevo “marco legal” tomando los “aportes” ya no de un simple ingeniero como Blumberg, sino del propio imperialismo yanqui, de la mano del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), mentor de la Ley Antiterrorista. Así, a los que luchan nos pueden poner el mote de “terroristas”, agravando las penas hasta el infinito.
  El kirchnerismo se especializó en todos los tipos de represión política. La primer etapa, es la judicialización de las luchas obreras y populares. Así, hoy casi no hay comisión interna o cuerpo de delegados combativo, en el que no haya uno o más trabajadores procesados (los de Kraft y Zanón son algunos de los ejemplos más conocidos, donde la izquierda es el blanco preferido). Para esos procesamientos judiciales (muchas veces a cargo de jueces nombrados por la dictadura), son muy eficientes (o a veces no tanto) los operativos de inteligencia, la infiltración ilegal, las bases de datos como el Proyecto X. Para eso no hay nada mejor que un carapintada como Berni, que cae en helicóptero y te desaloja la Panamericana en un toque. 
  Y cuando las papas queman, aparecen los fierros. Y en eso también el kirchnerismo es especialista. Hoy ya son 20los asesinados por luchar bajo gobiernos “nacionales y populares”. A veces “unido y organizado” con la derecha, el kirchnerismo desaloja ocupaciones como la del Indoamericano (donde cayeron 3 hermanos inmigrantes). A veces son agentes del kirchnerismo en las provincias, como Insfrán matando Qoms en Formosa, Barrionuevo matando trabajadores rurales en Ledesma, Jujuy, o Saiz a los 3 pibes de Bariloche. Otras veces fueron gobernadores opositores, como Sobisch con Fuentealba. Y otras veces, la represión se tercerizó, como con Mariano Ferreyra.
  De a poquito, la cantidad de asesinados por año va subiendo. Al punto que hoy vemos una escalada represiva, con presos políticos en Bariloche, torturas en comisarías del Chaco, más asesinatos en Formosa, represiones y desalojos como en la casa de Tucumán, el Parque Centenario, etc.

Hay que organizarse de manera independiente


  Lo que demuestra esta nueva escalada represiva, es que lejos de un “giro a la izquierda” del kirchnerismo, que después de 10 años descubre que hay gatillo fácil y se horroriza, lo de “Unidos y Organizados”, encubre un nuevo giro a la derecha. Para enfrentarlos, desde la Juventud del PTS creemos que hay que desarrollar la más amplia organización independiente del Estado en los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios, para que las movilizaciones sean cada vez más masivas. Con esa perspectiva participamos de la jornada a 4 años de la desaparición de Luciano. Con esa perspectiva Raúl Godoy, como dirigente de Zanón, del PTS y como diputado provincial de Neuquén, viajó a Bariloche para exigir la libertad de los presos políticos (una parte de los cuáles ya fue liberada), y junto al CEPRODH[3] jugaron un rol fundamental en visibilizar el asesinato de Brian Hernández. Y con esa perspectiva también, es que nuestra compañera Carla Lacorte, viene luchando desde que el policía Salmo la dejó en silla de ruedas.
  Si de verdad querés el “juicio y castigo a los asesinos de los pibes”, no podés esperar nada de este Gobierno.

¡Marchemos contra toda represión este martes 5/2 junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia!
17hs - Av. de Mayo y 9 de Julio


[1] Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional.
[2] Hasta noviembre, hoy ya serían unos cuantos más.
[3] Centro de Profesionales por los Derechos Humanos