“El mundo se nos cayó encima”
Con esa frase la presidenta puso fin al discurso ambiguo y retaceado sobre el impacto que la crisis económica mundial tendrá sobre el pais.
Las principales automotrices pusieron en práctica planes de suspensiones y de vacaciones anticipadas para “ajustar el stock”. Es que la crisis impacta en la economía de Brasil que se desacelera y reduce las importaciones de autos. A este panorama de “viento de frente” de la economía internacional se suma la emergencia de los límites estructurales del “modelo K” como el del transporte, la vivienda y el sector energético que se hicieron visibles de manera cruda con los fusilamientos del parque Iindoamericano, la masacre de Once y el crimen social frente al temporal.
Las primeras respuestas de los trabajadores
Frente a los primeros ataques abiertos a los trabajadores y los ajustes de la “sintonía fina” empiezan a emerger las primeras respuestas. La marcha de la CGT por el reclamo del impuesto al salario (más alla de los móviles corporativos de la burocrácia), el paro de los automotrices de Cordoba, la lucha de Los Dragoneros (petroleros de Chubut), de la UOCRA en Santa Cruz y la lucha de 550.000 estatales contra los ajustes sciolistas muestran que la clase trabajadora no entregará sus conquistas sin combate.
Los privilegiados del modelo
El recorte presupuestario a la provincia de Bs. As., tercerizando en Scioli el ajuste, la negación a elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganacias, el cepo cambiario, los recortes de subsidios y demás medidas de “sintonía fina” económica, junto con el impulso de la fractura de la CGT constituyen los preparativos del gobierno hacia el panorama recesivo al que va la economía. Por si quedaban dudas Cristina viene dejando claro en cada uno de sus discursos sobre quienes descargarán la crisis. Los privilegiados del modelo, según el discurso oficial serían los trabajadores que ganan $6000 y que debén compartir su “fortuna” con los asalariados que no llegan a ese sueldo ($6000 es aproximadamente el valor de la canasta básica). Los números no dejan lugar a dudas: el trabajo en negro ronda el 35%, el 80% de los trabajadores en blanco no llega al mínimo y un enorme porcentaje de ellos trabaja por agencia, tercerizado o bajo algún contrato precario. Después de 9 años el salario real (teniendo en cuenta la inflación) se recuperó un 12% mientras que las ganancias empresarias se multiplicaron. El gobierno admite que los empresarios “la juntaron en pala” pero a la hora de “redistribuir” ataca al salario y a los fondos jubilatorios. Los verdaderos privilegiados del modelo son los empresarios. Para ellos el gobierno pone a disposición subsidios, excenciones, creditos blandos y facilidades, mientras para los trabajadores impone el techo salarial y deja correr el trabajo precario. Y a los que osan organizarse y salir a luchar los procesa y persigue con causas judiciales, como a los trabajadores de Kraft que enfrentan a la patronal y la burocracia sindical en su lugar de trabajo y en las elecciones sindicales encabezaron la lista Bordo antiburocrática que sacó el 40% de los votos (ver nota “¿Que hicimos?”).
La UTN y la ingeniería frente al panorama recesivo
Vale aclarar la obviedad de que la UTN no estará exenta de los problemas presupuestarios. De hecho en el 2008 a nivel nacional la universidad se declaró en “emergencia económica”. Si en la FRBA esto no se nota es por el bestial autofinanciamiento generado por la gestión del decano “morado” Guillermo Oliveto (primero desde la SCEU, hoy desde el decanato) a partir de negocios y negociados. Con esas partidas “extraordinarias” conseguidas saliendo a vender la UTN al mercado y mediante negociados millonarios (ver nota) se parcha el déficit presupustario. Las consecuencias para la facultad son un sometimiento cada vez más profundo a las necesidades de mano de obra de las empresas y junto a ello las denuncias por corrupción y negociados de la gestión con distintos organismos y empresas.
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